Es la creencia de que si uno siente determinadas cosas es porque son así en realidad. Si uno se siente estúpido es porque es realmente estúpido. Si uno se siente responsable de algo en una situación es porque debe de haber hecho algo mal.
Creer que el mensaje derivado de un pensamiento emocional es el correcto a la hora de definir o describir una situación es como creer que todo lo que en vuestras ficciones representáis es cierto.
Siempre que os sintáis mal es una buena ocasión para que penséis si se trata de un razonamiento emocional de tipo distorsionado. Ante las situaciones en los que os sentís muy cargados de emociones, es bueno que toméis consciencia de ello para que las relativicéis ya que os pueden estar mintiendo.
“Si os sentís malos actores, es porque con toda seguridad lo sois”. ¿Os suena? Cuando se os cruza este pensamiento y os encontráis que estáis inmersos en una emocionalidad de derrota, os aconsejo que deis un paso atrás y os quitéis las “ gafas de derrota” que lleváis puestas y veáis de qué va exactamente la cosa. Al dar ese paso hacia atrás y volver a mirar sin esas gafas lo que veréis es que es cierto que hay aspectos de vuestros trabajos que no os gustan y os hacen sentir mal, pero éste es el primer paso para que empecéis a ser capaces de identificarlos claramente para que podáis empezar a ocuparos de ellos. ¿Cuánto pensáis que os beneficia el quedaros acomodados en la derrota? ¿No encontráis más interesante el que seáis capaces de quitaros esas gafas para empezar a tomar medidas que os permitan ocuparos de eso que os aleja de vuestro ideal de actor en el que os queréis convertir? ¿Y cómo creéis que será vuestra nueva emocionalidad al dar este paso?
Fotografía de Richard Jaimes @richardconr