En la “Falacia de la justicia” juzgamos a los demás y a los hechos que acontecen a partir de las normas que nosotros mismos hemos establecido sobre lo que es justo y lo que no, considerando injusto todo lo que quede fuera de estos parámetros. Esto genera inmobilismo en torno a nuestro punto de vista y enfado y aversión hacia el que piensa o actúa de otra manera.
Son afirmaciones del tipo ; “Si me respetara en mi trabajo nunca me haría esperar”, “Si pensara que tengo talento nunca me diría que no”, “¿Si cuentan con nosotros por qué no nos han llamado hoy?”.
La emocionalidad que se produce aquí es la de enfado e impotencia ante la percepción de que no nos tratan justamente como merecemos. Esto dificulta las relaciones en el trabajo pudiendo incurrirse en listas interminables de agravios que dinamitan las relaciones y los trabajos.
Es importante que sepáis diferenciar aquellas cosas que deseáis o que están alineadas con vuestros intereses, del hecho de etiquetarlas como justas. Es más eficaz expresarlas a vuestros interlocutores, y que lleguéis a negociarlas abiertamente, a que por etiquetarlas como justas las deis por sobreentendidas y aceptadas por los demás, ya que esto en el mayor de los casos no se va a dar, y se nos generará una sensación de enfado, incomprensión e incluso de maltrato, que no responderá a la realidad.
¿Cuándo estáis reproduciendo este esquema de pensamiento, que creéis que es más interesante para vuestros interés dentro del proyecto? ¿Creéis que ser asertivos con la comunicación de vuestros intereses y necesidades es interesante para poder tener unas relaciones más productivas?¿Y qué emocionalidad creéis que tendréis en este escenario? ¿os acerca más a vuestros objetivos?
Fotografía de Alex Iby @alexiby